Resumen
Este artículo presenta una experiencia de intervención educativa llevada a cabo durante una semana en el curso de verano organizado por la organización Resplandor, en la comunidad de Cajones, Guanajuato, México. A través de talleres diseñados e implementados por voluntarios de organizaciones internacionales, estudiantes de educación superior y personas voluntarias de la comunidad se desarrollaron diversas actividades con el objetivo de promover el pensamiento matemático en niños y niñas de entre 5 y 15 años. La propuesta didáctica se caracterizó por el uso de estrategias lúdicas, materiales manipulativos y problemas abiertos, alejándose de los enfoques tradicionales para generar una relación más significativa y positiva con las matemáticas. La experiencia permitió explorar el potencial transformador de la educación matemática en contextos no formales, al mismo tiempo ofreció oportunidades para integrar enfoques interculturales, interdisciplinarios e internacionales. En el desarrollo de los talleres, se evidenció el valor de una enseñanza situada, dialógica y afectiva, en la que el juego y la curiosidad se convierten en vehículos de aprendizaje. A partir de la reflexión crítica de lo vivido en el aula comunitaria, este trabajo propone una mirada alternativa sobre el rol docente, el diseño de experiencias educativas y el lugar de las matemáticas en los procesos de desarrollo humano y sustentabilidad.

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