Resumen
Entre 1940 y 1950, la Ciudad de México tenía una escena cultural floreciente, en un ámbito de intensos cambios políticos, sociales y culturales, con desarrollo de actividades artísticas, comerciales y deportivas. Los habitantes de la gran urbe, conocida como Distrito Federal, vivó acontecimientos históricos y valores culturales que se reflejaron en las tendencias, la moda y en las formas de representar a las diversas clases socioeconómicas. Los estudios fotográficos eran visitados por las clases medias y altas de la capital, los retratistas “capturaron con sus cámaras” no solo la apariencia física de las personas, también su posición social, su identidad cultural y sus valores. Los retratos reflejaban la moda y la estética de la época, los y las retratadas portaban ropa de acuerdo con las tendencias de moda de esos años, lo que permitía atesorar los estilos y gustos de la sociedad mexicana. Aunque ciertos estudios fotográficos ofrecían accesorios, escenarios apropiados y en algunas ocasiones prendas de vestir para crear una imagen idealizada, las fotografías conservan las aspiraciones de veracidad y el reflejo del pasado que se siente cercano en los retratos realizados por Martín Ortiz.
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