Resumen
Introducción: La evidencia actual ha mostrado las alteraciones en la salud mental causadas por la pandemia de la COVID-19, incluyendo elevados niveles de ansiedad, depresión y estrés. Ante este panorama, los expertos han avanzado en la identificación de medidas para mitigar las emociones negativas generalizadas, como el aumento del tratamiento psiquiátrico telefónico, no obstante, no son planes a largo plazo que tengan en cuenta el aumento de la carga social y la presión médica. La actividad física puede jugar un papel importante en el manejo de enfermedades de salud mental; además, la inactividad física se ha considerado un factor de riesgo modificable para la depresión y la ansiedad; lo anterior plantea la posibilidad se usarse como estrategia para mitigar o disminuir los efectos negativos sobre la salud mental de la población. Objetivo: Analizar los efectos del ejercicio sobre la salud mental de una muestra de estudiantes universitarios durante el brote de la COVID-19. Material y método: Se utilizó un diseño descriptivo, transversal y con alcance correlacional. Se aplicó una encuesta en línea que recopiló información sociodemográfica, así mismo se incluyó la Escala DASS-21 para evaluar los niveles de depresión, ansiedad y depresión; y el Cuestionario Internacional de Actividad Física para explorar los niveles de actividad física. La recolección de datos se realizó del 17 al 25 de junio de 2021. Resultados: El 16.28% de los participantes informaron síntomas depresivos moderados-graves; mientras que el 67.11% evidenció síntomas de ansiedad de moderados-graves; y finalmente el 63.79% reportó niveles de estrés moderados-severos. Por otro lado, el 46.84% de los participantes evidenció realizar actividad física de nivel alto, el 23.26% de tipo moderado y 29.90% mostró un nivel de actividad física bajo. Finalmente, los resultados mostraron que actividad física de tipo alto se asoció únicamente con menores puntajes de ansiedad y estrés y el efecto de mitigación se produjo cuando la actividad física semanal fue a partir de aproximadamente 2500 METs. Conclusión: Estos resultados respaldan la existencia de una relación entre la actividad física y la salud mental, lo que sugiere que para lidiar con las emociones negativas durante el brote de la COVID-19, aumentar la actividad física es una estrategia de mitigación práctica y rentable para la gente común que se ve obligada a quedarse en casa.
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