Resumen
La revolución científica de finales del renacimiento que dio paso a la modernidad inauguró también nuevas formas del desarrollo del pensamiento. La filosofía aristotélica se volvió el enemigo a derrocar y tanto racionalistas como empiristas forjaron nuevas concepciones teóricas que explicaban el mundo. Los primeros reconstruyeron y reconstituyeron los principios de sus sistemas desde la metafísica; los segundos, basaron sus investigaciones en un proyecto que atendía más bien al fenómeno: basándose en la empírea y en la experimentación los filósofos ingleses establecieron un método para el conocimiento y dominio de la naturaleza que tiene en Sir Isaac Newton a su máximo exponente, pues su obra cumbre Principia Mathematica Philosophiae Naturalis (1678) fue la que sentó las bases para la fundamentación de la filosofía natural, creando una nueva rama del conocimiento, ya lejos -al menos hasta donde su hyphotheses non fingo puede tomarce por cierto- de las teorías filosóficas, en especial, de la metafísica.
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